Alunada
He aquí, pues, la vesania.
13 de julio de 2016
La sociedad de la transparecia, Byung-Chul Han (fragmento)
14 de febrero de 2016
Fail
Últimamente he estado obsesionada con un par de novelas japonesas que hablan sobre el engaño, sobre la máscara que se funde en los rostros de las personas y que da la ilusión de armonía entre la humanidad y el instinto. Comparto tal premisa. Nos adherimos a una careta que, en el fondo, no expresa más que el esfuerzo salvaje por embozar la mácula de la propia existencia. Yo soy un error, tú eres un error, él es un error.
Pero pretendemos amarnos eludiendo el error.
La afirmación del error es el mayor acto de amor hacia sí mismo. Vivir del error y fenecer del error.
No hay necesidad de fuego...
24 de diciembre de 2015
Too high to die
Lo único que reconforta es dormir todo el día, pero me despiertan para saturarme con medicamentos, cuyo único efecto es bloquear mis ensoñaciones de muerte. Quiero dormir. Quiero anularme y no ser yo.
Por la cresta. Debo seguir fingiendo.
Me siento sola, pese a que quiero estarlo.
De verdad, tengo una gran ensalada en mi cabeza.
22 de diciembre de 2015
Adieu
Y no puedo comenzar diciendo otra cosa que: "aún te amo". Pero es un amor que corroe, que me agrieta el pecho y me ahoga en estertores. Es un bubón supurante que debo extirpar de alguna forma que desconozco.
Por las noches sueño contigo y, al despertar, me pregunto qué es de ti. ¿En algún momento, tras nuestra separación, he ocupado siquiera un lugar, por más ínfimo que sea, en tus pensamientos? Mi corazón, marchito y emponzoñado, dice que no. Las noches, los amigos, el alcohol, han llenado ese vacío fácilmente, porque nunca estuvo lleno, porque siempre tuvo hambre de la miseria bohemia.
¿Debo odiarte porque me abandonaste cuando creí necesitarte más? Te lo dije, pero no es así. No te culpo. Yo nací para no ser amada ni para amar a nadie, como diría Nick Drake, mi compañero de aciago. Las personas como yo deben resignarse a ver la felicidad desde lejos y, cuando mucho, beber tan solo un sorbo de ella; pues bien, eso fuiste para mí: el sorbo de un elíxir que me resistía a tragar.
Gracias por los momentos buenos y también por los malos. Gracias por enseñarme a ver la vida desde otra óptica. Gracias por hacerme crecer a través del dolor.
No puedo decir que estaré para ti cuando desees, pero sí ten presente que siempre querré tu felicidad, aun si a costa de mi sufrimiento.
Ten una vida plena, por favor.
Yes, i did know you were tired
and you want to be free
22 de agosto de 2015
Cosas que usted podría aprender si ve una teleserie turca (lo hice por hinchar a la gente anti-tele)
(la teoría de las lenguas indoeurpoeas surgidas en Anatolia)
18 de julio de 2015
¿Podré ser persona alguna vez?
que a una extraña honradez sacrificaste tus creencias,
para ti, cuya única certidumbre es tu recuerdo
y por ello, tu más aciaga tumba.
Dura ha de ser la vida, cuando los años pasen
y destruyan al fin la ilusa patria de tu adolescencia,
cuando veas, igual que hoy, este fantasma
que tiempo atrás te consoló con su belleza.
Cuando el amor como un vestido ajado
no pueda proteger tu tristeza
y motivo de burla, de piedad o de asombro,
a los ojos más puros solo sea.
Duro ha de ser para tu cuerpo ver morir el deseo,
la juventud, todo aquello que fuiste,
y buscar sin pasión tu reposo
en la sorda ternura de lo débil,
en la gris destrucción que alguna vez amaste.
«Es la ley de la vida», dicen viejos estériles,
«y nada sino Dios puede cambiarlo», repiten,
a la luz de la noche, lentas sombras inútiles.
Dura ha de ser la vida, tú que amaste el mundo,
que con una mirada o una suave caricia soñaste poseerlo,
cuando la absurda farsa que tú tanto conoces
no esté más adornada con lo efímero y bello.
Dura ha de ser la vida hasta el instante
en que veles tu memoria en este espejo:
tus labios fríos no tendrán ya refugio
y en tus manos vacías abrazarás la muerte.
13 de junio de 2015
El eterno retorno del fracaso
Soy el tipo de persona del que todo ser humano, medianamente cuerdo y común, quiere huir. Soy el esperpento que no "aporta" nada, que absorbe las energías, desalinea los chakras y resta estabilidad emocional a todo aquel que se acerca, algo así como el Rey Midas de la miseria. Porque las relaciones humanas se basan en la transacción, ya sea de afectos, de estatus, de bienestar, de cualquier mierda, pero transacción a la postre.
Todo muy acorde al hermoso modelo exitista, donde gente con moral cuestionable, autodestructiva y que no contribuye, simplemente, se invisibiliza por ser un cacho culiao.
Y yo soy uno de esos cachos.Solo porque estoy triste. Solo porque me quiero morir. Y porque debo hacerlo. Porque el mundo lo precisa ("déjate de lloriquear y mátate luego", son algunos ejemplares). Pero yo, como buen parásito, me resisto... hay una absurda obstinación de la que no me puedo desprender.
Nadie me necesita ni yo los necesito a ellos. No quiero lidiar más con esto.
Me cansé de usar la máscara kabuki para defenderme de los demás porque, finalmente, soy tan vulnerable como un insecto al que van a aplastar por repulsivo.
Y sería bueno que así pasara... sería bueno
26 de febrero de 2015
Desvarío de los 27
Hoy es mi cumpleaños número 27 y, como es común, se asoman las añoranzas de tiempos pretéritos, esa puta nostalgia hacia una época en que no tienes idea sobre qué chucha es el vacío existencial.
Recordé que fui criada como Quico, es decir, como una niña consentida a la que se le quiere dar lo mejor, a la vez en que se le protege del pernicioso entorno. No hay pariente que no me saque en cara, a día de hoy, que me criaron como la niñita de mamá, sin saber qué era pasar necesidades... pues bien, la otra parte:
Mi madre se volcó en mí porque dos meses antes de nacer murió mi abuelo (el único que creyó en ella y la ayudó a salir del hoyo, al pagarle la prueba de admisión a la universidad), mi viejo se comportó como un conchadesumadre durante toda mi gestación y, encima, la seguían los de la CNI (dado que, con guata y todo, no se perdía los panfleteos y mítines). Ya, eso por un lado.
Más adelante, si bien nunca viví la pobreza, no permanecí aislada de la realidad: pasé los primeros años de enseñanza básica en la escuela en que Maire trabajaba. Supe lo que era tener piojos (de hecho hasta me relajaba), tomar la lechita de la junaeb (que siempre me ha gustado), ver cómo algunas compañeras se desmayaban porque iban a clases en ayunas, etecé; en síntesis, aprendí a sentir empatía. Mi escasa conciencia social, actualmente, es consecuencia de una leve misantropía, nada asociado con ser facha.
La etapa en la escuela D-247, ex Grupo Escolar, fue la mejor de mi vida. Facebook me ha hecho saber que muchas de las que fueron compañeras de curso, están bien. No obstante, hace un par de años me encontré con mi ex profesora de básica y me comentó que una de ellas había muerto... aún no sé quién fue.
En 1998, tuve un paso fugaz por un colegio particular, pero el evidente clasismo de los pendejos me saturó y decidí retornar a la trece.
Sexto y séptimo básico fueron años felices. Hice amistades y llevaba buenas notas. Mi autoestima era más que aceptable.
Cuando entré al Colegio de la Purísima Concepción, comenzó la agonía emocional, la cual abordar algún día.
A lo que quiero llegar, es que se ha generado mucho prejuicio en torno a mi vida... y la gente no sabe lo invalidante que es tener una grieta en la cabeza.
Ahora me bajaré de la micro, me dirijo a mi nueva casa.
24 de diciembre de 2014
taiyou to umi no kyoshitsu (2008)
Esta serie trata sobre un grupo de chicos ad portas de egresar, con todo lo que ello conlleva: ya sea su preparación exhaustiva para la admisión en la universidad (ya sabemos cómo son de exigentes -y autoexigentes- los japoneses), sus preocupaciones por el futuro, la obligada despedida de sus pares, el paso a la vida adulta, la toma de responsabilidades, etc. Esto cambia cuando aparece un tutor que pretende enseñarles el sentido de la vida, más allá de todo aquello que enmarca la concepción de "éxito" en la sociedad actual; es entonces cuando se produce un remezón en las conciencias de los adolescentes, cuestionándose los paradigmas instaurados y reproducidos a través de la enseñanza institucionalizada.
Es cierto, el trabajo para el docente no es fácil, ya que en primera instancia es rechazado por los estudiantes, quienes le consideran un charlatán que obstaculiza su formación académica; por otro lado, recibe el repudio de sus colegas y directivos, hasta el punto de ser degradado y relevado de su cargo. Con el tiempo, Sakurai (el profe), va demostrando su real vocación y se va ganando el aprecio de sus cercanos. Como todo dorama asiático, no está exento de tragedia (spoiler), de hecho, hay una muerte que marca la vida de los personajes.
Adivine quién muere
En la serie no hay mayor profundidad psicológica, pero ayuda bastante a aquel profesor que quiera verlo y que presente dilemas vocaciones en cuanto al ejercicio de su labor (a estas alturas del año se hacen más latentes). En fin.
Iba a escribir más, pero tengo que ir al trabajo, ya que hoy será la dichosa comida de navidad.
Lo dejo en la categoría de "cine", porque no hay otra. Adiosín.