25 de noviembre de 2007

El amor... creo yo.



Si mi amor fuese de tipo cortesano, de partida, estaría asumiendo el rol de varón medieval, me habría quedado estancada en el 'visus', siendo un feñedor toda mi vida. No habría podido pasar al 'colloquium', mucho menos al 'contactus'... ¡y para qué decir del 'factum'!

En cambio, si mis sentimientos se asemejaran más al que vivían los pastores aldeanos del Renacimiento, mi principal anhelo no sería la unión corporal. Me habría empapado del amor neoplatónico de la época, llevaría un rebaño de ovejas a pastar, mientras taño un laúd para evocar mis desventuras, haciendo cómplice a la naturaleza de mi dolor...


Creo que me identificaré con el segundo... El amor bucólico es más abierto y espiritual...
Además, el paisaje sería ameno y no necesariamente estaría condenada a un final trágico.