El espiral se ha roto, nos hemos perdido para siempre y ya no hay marcha atrás. La culpa no es tuya, tampoco mía, sino de este amor que murió en el silencio. No importa, la cadena ya se ha oxidado, las quimeras que residían en mi alma nauseabunda han sido devoradas por el olvido. Y pese a ello, me mantengo impertérrita, con las lágrimas secándome por dentro, pues sé que hay amores que nacieron para no ser.
Adiós, adiós para siempre mi querido ser hidrópico de placeres.
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Uff, sí, veo que pasamos por algo similar. Tus palabras me humedecieron un poco los ojos.
ResponderEliminarY qué decir de I Know it's Over... es una de esas canciones que me pegan diectamente al corazón, en forma de golpe.
Un saludo muchacha, no es fácil encontrar a personas como tú en estos días.