¡Ayer fue un día espléndido!

Hemos ido a un local cuya decoración es similar a la de un bar al que solíamos ir en edad preescolar, bueno, antes de ingresar a la universidad. Tiene en sus murallas afiches de cine mudo, la música es relativamente agradable, pero lo que hace ese antro aún más especial es su nombre: POLLORRICO. ¿Por qué POLLORRICO? Pues porque venden pollos. Pero también cervezas, vino y papas fritas.
El asunto es que por la módica suma de quinientos pesos, he bebido y fumado a destajo. Después de un botellón de vino tinto, nuestra amiga Natalia convenció a un sujeto para que nos comprara cervezas, luego un amigo nuestro nos regaló hierba y así seguimos la noche... Entre pito y pito.