18 de junio de 2008
Vivre sa vie, Jean - Luc Godard (1962).-
«...Verá, tenemos a Porthos. Aunque no es en 'Los Tres Mosqueteros', es en 'Veinte Años Después'. Porthos, el alto, el fuerte, un poco bruto, no pensó en toda su vida, ¿comprende?
El tiene que poner una bomba en un subterráneo, para hacerla estallar. Lo hace. Coloca la bomba, prende la mecha, luego sale corriendo..., naturalmente.
Pero de golpe, se pone a pensar...
¿En que piensa? Se pregunta cómo es posible que pueda poner un pie delante de otro.
Esto también le ha ocurrido a usted, sin duda, ¿no?
Entonces deja de correr, de andar; no puede avanzar más... Todo explota, el subterráneo le cae encima. Lo sostiene con los hombros. Pero tras un día, o quizás dos, es aplastado, muere.
...La primera vez que pensó, murió.»
«Creo que se aprende a hablar bien sólo cuando se ha renunciado a la vida por un tiempo. Es el precio.
Entonces, hablar ¿es mortal?
Hablar es casi una resurrección con respecto a la vida; cuando se habla hay otra vida que cuando no se habla. Entonces, para vivir hablando uno debe haber pasado por la muerte de vivir sin hablar. No sé si me explico bien, pero hay una especie de ascesis que te impide hablar bien hasta que se mira la vida con despego.
Pero la vida de todos los días no se puede vivir con... No sé yo..., con...
Con despego. Se oscila, por eso se va del silencio a la palabra. Oscilamos entre ambos porque es el movimiento de la vida. De la vida cotidiana uno se eleva a una vida..., llamémosla superior, porque es precisamente la vida del pensmaiento. Pero esta vida presupone que se ha
matado la vida muy cotidiana, la vida demasiado elemental.
Entonces, ¿pensar y hablar es lo mismo?
¡Lo creo! Está dicho en Platón; es una vieja idea. Uno no puede distinguir el pensamiento de las palabras que lo expresan. Un momento de pensamiento sólo puede ser captado por las palabras.
Entonces, ¿hablar es un poco correr el riesgo de mentir?
Sí, porque la mentira es uno de los medios de buscarlo. Errores y mentiras son muy parecidos.
No hablo de mentiras ordinarias como prometer que vendré mañana, y luego no venga, porque no quise. ¿Comprende?, eso son cosas. Pero la mentira sutil es muy poco diferente de un error. Uno busca y no encuentra la palabra justa. Por eso le sucedía lo de no saber ya qué decir. Tenía miedo de no encontrar la palabra exacta. Yo creo que es eso...
¿Cómo estar seguro de haber encontrado la palabra justa?
Bueno, hay que trabajar. Es necesario un esfuerzo. Uno debe decir lo necesario de modo que sea justo, que no hiera, que diga lo que quiere decir, que haga lo que tiene que hacer sin herir y sin hacer daño.
Hay que tratar de ser sinceros. Alguien me dijo: 'la verdad está en todo, incluso en el error.'»
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pero puedes hablar sin pensar no?
ResponderEliminarPuede ser que creamos no pensar cuando balbuceamos o somos poseídos por impulsos, pero de que hay un proceso cognitivo detrás de ello, lo hay.
ResponderEliminarClaro se puede hablar
ResponderEliminarsin pensar... Eso
se llama "Inpulsos"
Lo interesante es
desapegarse a la vida
para analizarla...
Creo que todo comienza
gracias a nuestras
naturalezas existencialistas
no ??? =D
Bueno señorita
que te muy bien
y se cuida ;)
=D
(``•.¸ (``•.¸ ¸.•`´) ¸.•`´) ®
«´¨ •.¸X el mejor¸¸.•´¨`»
(¸.•`´ (¸.•`´ ``•.¸) ``•.¸)
"Inpulsos" ---> Impulsos
ResponderEliminarsoy el maniático que corrige a la gente y que es detestado por eso.
en fin.
de Godard prefiero À bout de souffle.
y si, querida, muchos de nosotros compartimos la tragedia griega de sólo existir, y que respirar ya sea motivo para querer morirse.
=P
que buen momento filosofico, cool, te recomiendo que leas (si es que ya no lo leiste) humberto Eco, avarca sobre la semiotica de la palabra.
ResponderEliminarsaludos.
Me encanta. Creo que estoy totalmente de acuerdo con ese planteamiento, especialmente con la frase que lo cierra.
ResponderEliminarUn abrazo.
a mi me encanta esta película y también iván el terrible de eisenstein, que a todos como que le carga
ResponderEliminarsaludos!!