Me siento hueca.

Sí, hueca. En el sentido estricto de la palabra, es decir, vacía. No hueca de lesbiana ni de superficial (esta vez no, por lo menos -¡chan!-), tampoco hueca según la definición de la RAE que alude a algo con sonido retumbante y profundo, no mullida ni esponjosa, ni tampoco abierta (supongo).

Me siento internamente vacía, pero no desde una perspectiva catártica. Sencillamente, creo estar pasando por una etapa transitoria (espero que lo sea) de estupidez, en la que todo lo que sale de mi boca y de mis manos se traduce en desastre, una especie de efecto "rey Midas a la inversa".

Las personas que me rodean aún no han reparado en ello, aunque si lo hicieran, difícilmente cuestionarían mi actual condición mental, puesto que nadie está libre de padecer el síndrome de la imbecilidad, lo digo en especial por mi familia.

(:D!)


Finalmente, debo añadir que anoche me corté un dedo.... Está entero, pero sangrante.












¿La idiotez puede ser ocasionada por el insomnio, o por el exceso de trabajo intelectual?
Pues estoy jodida.