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Eliminé la entrada anterior dado que me siento algo mejor en lo que respecta al problema que tengo con mi padre, supongo que ha de ser porque estoy más aliviada, o algo así.

El sábado nos juntamos a celebrar el cumpleaños número veintidós de Titín en la casa de Memo, un compañero de la carrera. Nos abastecimos de una gran cantidad de cigarros, skunk, champaña, cerveza y ron (dorado y con limón), los que FUI consumiendo a lo largo de la noche, para terminar en una disco vomitando en el baño, pues minutos antes me había tomado un gin con gin. Luego de caer en lo que se conoce como «pálida», Raúl me fue a dejar a la cama para pasar un rato la borrachera.
Tras dormir un par de horas, desperté totalmente renovada y seguí bebiendo hasta eso de las diez y media de la mañana, en una plaza cerca de la universidad en la que estudio.





Soy una crápula de lo peor, y me vale.