Las frases elocuentes no están a la orden del día ni mucho menos predispuestas en relación a las circunstancias, sino más bien éstas aparecen de improviso cual parto. El problema es que cuando siquiera existe un prospecto de entrada de blog, siempre se presenta algo que lo limita y, es más, lo anula del todo. Como estamos en paro universitario (desde hace tres meses aproximadamente), no me he visto en la obligación de hacer trabajar la sesera, de modo que se halla en un estado de letargo; además mi tía siempre interrumpe en el preciso instante en que hilvano alguna cosa digna de ensalzamiento personal y los conceptos acaban por difuminarse.
Pero los incordios no se limitan a la cotidianidad: estoy padeciendo serios problemas de memoria. Hace unos meses publiqué un cuento de Patrick Süskind titulado "amnesia in litteris", en el que un sujeto revisa sus libros y se encuentra con partes subrayadas o notas de textos que no logra recordar... digamos que me está sucediendo un fenómeno similar, razón por la que debo anotar TODO aquello que me parezca interesante para poder así retenerlo, aunque sea en una hoja de papel.
Eso sería por ahora, ya me dio paja seguir.