Dedicado a mi crustacito que el día de hoy cumple su mayoría de edad universal =*
1.-
Caracterización del concepto de “imaginario social”
El ser humano, como ente social,
posee la capacidad connatural de imaginar, proyectar una representación de sí
mismo y de su entorno, lo que le permite interpretar la realidad en la que está
inmerso, como también responder a las necesidades impuestas por el medio. El
consenso de las representaciones que se generan dentro de una sociedad se
conoce como “imaginario social”, el cual se configura sobre la base de un
pensamiento común que se expresa en el campo de lo simbólico, mediante el
lenguaje y el accionar de cada individuo. Los imaginarios sociales producen
valores, parámetros de apreciación, ideales y conductas que rigen la vida de
las personas que integran una cultura.
Cornelius Castoriadis formula el concepto de imaginario social para
referirse a las representaciones sociales que se erigen a partir de la
construcción simbólica y se constituyen bajo la forma de instituciones que
orientan el funcionamiento y el dinamismo de una colectividad. Para Gilbert
Durand, el imaginario comprende el
conjunto de imágenes y de las relaciones de imágenes que constituye el capital
de pensamiento del homo sapiens.
El imaginario social está dividido en dos planos de significación que
difieren entre sí, pero que a la vez manifiestan cierto grado de dependencia en
cuanto uno es instrumento del otro, por lo que se estaría hablando de un plano
de significación primario o central y de uno de tipo secundario. Las
instituciones que forman parte de los
primarios son: Dios, el Estado y la Familia; mientras que los secundarios sólo
existen en función de los centrales, como lo es el “ciudadano” respecto de la
idea de “Estado”.
Al tratarse de elaboraciones humanas, los imaginarios sociales no
permanecen estáticos, sino que propician cambios profundos dentro de las
sociedades, pues, como señala Castoriadis, lo
que en cada momento es, no está plenamente determinado hasta el punto de
excluir el surgimiento de otras determinaciones. Es así como el cambio
social implica discontinuidades radicales.