22 de junio de 2008

Viaje de fin de semana.-




He llegado, con las extremidades medio molidas, pero ya estoy en casa -por desgracia, no estuve los dos días que había anunciado-. El lugar donde nos quedamos se llama «Los Pellines» y está ubicado a 16 kilómetros de la carretera hacia las Termas de Chillán, los cuales tuvimos que atravesar caminando, en medio de ríos, colinas pedregosas y puentes a punto de caer, mas no nos importó pues hacíamos paradas cada media hora para tomar cerveza, alimentarnos y contemplar el paisaje. Cerca de la mitad del camino, una camioneta nos llevó alrededor de dos kilómetros, en los que, mientras bebíamos, estropeé mi cámara al tratar de encenderla; ergo, no pude tomar fotografías.

Al llegar a la cabaña nos dimos cuenta de que no había luz eléctrica, por lo que tuvimos que pasar nuestra estadía sin música, tocando melódica y bebiendo mate (con agua con aceite, por descuido nuestro), mientras la Natalia se ocupaba de hacer el fuego en la estufa. Una vez terminadas las cervezas, nos dispusimos a preparar tallarines, sabiendo que no disponíamos de sal para aliñarlos; sin embargo, la buena fortuna nos permitió encontrar un pocillo con sal y agua dentro de un estante, así que lo colocamos en una sartén para evaporar el agua (vaya a saber uno qué tipo de agua era). Inmediatamente después de comer la pasta, hicimos papas fritas.

Llegada la noche, nos sentamos en torno a la estufa para seguir tocando melódica y comenzar a beber de verdad, las chicas escogieron ron, y yo, vodka. Armamos unos pitillos de marihuana, los que íbamos fumando a medida que el alcohol tomaba efecto en nosotras. Las estupideces que dijimos estando «voladas» han quedado registradas en mi teléfono móvil.

Quizá suene extraño o incluso «engrupido», pero durante la noche no pude evitar pensar en Jack Kerouac, tratando de imaginar y emular cada cosa que él describía en sus narraciones. Por un instante, me sentí un miembro más de la aclamada generación beat. La única que comprendió mi delirio literario fue la Natalia.

Al día siguiente, es decir, hoy, tuvimos una serie de acontecimientos favorables para nosotras, desde la visita al río que se encuentra entre montañas, hasta la llegada a Chillán haciendo autostop (en una entrada antigua había hecho alusión a los préstamos de otras lenguas, pues bien, ésta es una excepción). Con el dinero que teníamos destinados para los pasajes en bus, nos hemos ido a comer papas fritas y a beber cerveza al POLLORRICO.








He separado los párrafos con un espacio, debido a los problemas para elaborar un texto con sangrías en el blog.-

8 comentarios:

  1. sí, cuando voy a acampar a algún lado se trata básicamente de embriagarme hasta perder cualquier inhibición, sin estar expuesto al ojo crítico de la sociedad... lo del contacto con la naturaleza no es lo que más me entusiasma.

    ResponderEliminar
  2. uhh que bueno se escucha tu fin de semana. yo por desgracia segui en la urbanidad, me hace falta ya una escapada como esas.

    ResponderEliminar
  3. Lindo finde, el mío fue más tranqui.
    Quiero oir las grabaciones de ese teléfono :D

    ResponderEliminar
  4. NO te imaginas como deseo agarrar mis cosas e irme lejos, por senderos, rios, decir chao a todo y reencontrarme.
    Feliz hubiera dado mis pies para tanta caminata. Me imagino sacaste fotos.
    No recuerdo cuál fue el último filme en ByN que vi. (creo que la strada)

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Que buena... sin
    luz... Interesante.
    No se si yo podria =/

    Bueno...
    que te muy bien
    y se cuida ;)


    =D



    (``•.¸ (``•.¸ ¸.•`´) ¸.•`´) ®
    «´¨ •.¸X el mejor¸¸.•´¨`»
    (¸.•`´ (¸.•`´ ``•.¸) ``•.¸)

    PD: No, solo se asusto
    mi hermano, pero se
    lo mostre a mi mamá
    a ver que decia, me
    miro se rio y me dijo
    "estas loco" jajaja

    ResponderEliminar
  6. ¡¡Se me antojaron unas papas fritas!!

    Ah, chidito tu fin de semana. Bastante antojable. A excepción de los puentes medios rotos. Jajá.

    ResponderEliminar
  7. Aún con los pequeños grandes contratiempos estoy segura de que la escapada mereció la pena. Y es que estas excursiones con los amigos se disfrutan siempre al máximo, a pesar de las circunstancias.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Escupa.-