Desde lo banal hasta lo menos banal, pero igual banal.
Tengo teclado, ¡al fin! Esto de marcar letras con el botón izquierdo del ratón estaba empezando a exasperarme. Pero ahora puedo decir todo lo que quiera porque tengo TECLADO NUEVOOOO
ASkajdklsdugdgdh
eeeehhhhhhhhh
yujuuuuuuuuuuuu
yajuuuuuuuuuuuu
yahooo?
Me reconcilié con el té de jazmín...
Aunque la relación que llevo con el vino no ha variado demasiado, quizá sea bueno que deje de beber por un tiempo o que aprenda a moderarme, porque resulta que le conté cosas importantes de mi vida a un completo desconocido, besé los labios del busto de madera de Violeta Parra y hablé unas cuantas incoherencias por ahí. Lo bueno de eso, es que conocí a un amiguín muy simpático :)
El otro día caminé demasiado... todavía me duelen las piernas.
Lo que me tiene más preocupada:
Para mañana debo tener redactada una monografía sobre la poética de Jorge Teillier en relación con el sentimiento de nostalgia en el tiempo. Tengo las ideas dando vueltas, sé más o menos qué aspectos abordar...
¡PERO NO SÉ CÓMO CRESTA COMENZAR!
Las palabras se liberaron de la jaula de mi mente, al igual que el pájaro azul de Rubén Darío (JA!). Puede que nada de lo que diga tenga sentido, ya que ni siquiera existe cohesión.
Las representaciones simbólicas de los vocablos están dispersas, pueden recaer en uno como en otro; los lexemas no se unen a los mismos morfemas, todos los monemas tienen su propia dirección, independiente de su naturaleza derivativa.
El caos no sólo es léxico, sino también semántico, sintáctico o, mejor dicho, morfosintáctico.
Para mí pan significa lo mismo que angustia y lo contrario que madriguera. ¿Cómo puedo comprobar eso?
Odio las arbitrariedades del lenguaje, pero la gramática y la ortografía me alucinan, ¿cómo lo explico?
Chomsky, Grice, Saussure y todos esos viejitos han de estar revolcándose en su tumba, porque más encima, si todo sale como espero (o esperan), seré PROFESORA DE CASTELLANO.
¿QUÉ MIERDA VOY A ENSEÑARLE A LOS ESTUDIANTITOS?
Un amigo (que es un prospecto de psicólogo), dice que me expreso con neologismos, pero yo le respondo que no se confunda con barbarismos... ¡porque eso sí que no! No ando diciendo "bacalado" ni "interperie", además él no trata el tema de los neologismos como un vicio del idioma, sino como el resultado de una enfermedad mental (¡!)
Anoche soñé con demasiadas personas, en distintas situaciones... hasta el final de la "telenovela del momento" tuvo su porción de protagonismo. Yo creo que todo lo que apareció en esa serie de "revelaciones oníricas" no es más que el ansia de absoluto.
Tengo hambre de absolutos. Absolutos, venid a mí.
"No tengáis miedo... de mirarlo a él (a él... a él... a él... a él)"
Y de verdad que tengo hambre, así que me iré a preparar un delicioso yogur con cereales :D