20 de marzo de 2014

El exitismo como móvil 'connatural' en la espiral entrópica de la cultura o una reflexión weona producto del cansancio :D


Confieso que, hasta hace algunos días, tenía considerada la opción de continuar mis estudios en un Magíster de Lingüística Aplicada. ¿Qué es lo que me ha hecho cambiar de opinión? La idea de aducir una aparente sapiencia portando un cartón, como si aquello me emplazara intelectualmente sobre los demás. Vaya estulticia.

Ese pensamiento ingenuo (doy el beneficio de la duda) ha impregnado las conciencias de mis pares, quienes suponen el alcance de mayores oportunidades laborales a través de la dilatación del currículum, para así obtener un estatus que no habría de ser concedido por otros medios; además, así lo compele el mercado: mientras más títulos posees,  hay más posibilidades de ser exitoso. Entonces, acá reunimos dos conceptos sustanciales: cultura exitista y credencialismo.

¿Las ansias de superación son connaturales a nuestra esencia*? Probablemente, sí. El quid es la forma, el cómo, los mecanismos que precisamos para lograr nuestros fines; la coacción de la propia voluntad para la consecución de un objetivo, que por lo demás es baladí -y que se transmuta, con el paso del tiempo y la interacción con los otros, en una necesidad vital- . Alguna vez leí o vi una sentencia que alude a la atmósfera competitiva que experimenta el ser humano desde el momento en que los espermatozoides se debaten por ovular. Si bien es una moción falaz, cobra congruencia en la facticidad de la vida, en el seno sociocultural en que nos desarrollamos.

El amor por el conocimiento y la belleza se ha deslustrado por el miedo que conlleva desenvolverse dentro de esta cultura como un espectro imperceptible, como un átomo más de esta gran masa impía que es la sociedad. Finalmente, somos despojos movidos por pasiones ajenas, por la entropía de la otredad -en un sentido inicuo-.

El cambio de paradigma, sin duda ha imbuido el nivel ético y ontológico de la existencia: ya nada es como debería ser, todo es relativo e incuestionable.

Mi visión fatalista suena a seppuku, ¡pero no! Hay Pollo para rato JOJ.








* Lo puse en cursivas porque es un término discutible