8 de enero de 2008

Centenario del natalicio de Simone de Beauvoir


Dado que mañana me encontraré fuera de la ciudad, por ende, no tendré acceso a internet, rindo un pequeño homenaje por adelantado a aquella mujer que ha guiado mi existencia a través de su magnífica prosa: Simone de Beauvoir.

«No se nace, se deviene mujer», magistral frase que ha trascendido no sólo en la historia del feminismo, sino también en la literatura francesa contemporánea. Compañera inseparable de Jean-Paul Sartre, defensora acérrima de la paz y la justicia, Simone de Beauvoir luchó durante toda su vida por romper los cánones morales establecidos por la sociedad burguesa imperante en Francia, mediante cuantiosos aportes literarios y filosóficos, en los que mezcla de manera cabal la teoría de la liberación femenina y el existencialismo, además de participar activamente en la aulas, legando en sus estudiantes el verdadero sentido de la emancipación.



Dejo como regalo, un breve texto elaborado junto a un grupo de mujeres intelectuales, declarando su postura a favor del aborto. Se conoce como «El manifiesto de las 343»:



Un millón de mujeres abortan cada año en Francia.

Ellas lo hacen en condiciones peligrosas a causa de la clandestinidad a la cual están condenadas, cuando esta operación practicada bajo el control médico, es de las más simples.

Se hace el silencio sobre este millón de mujeres.

Yo declaro ser una de ellas.

Yo declaro haber abortado.

De la misma manera que nosotras reclamamos el libre acceso a los medios anticonceptivos, reclamamos el aborto libre.






























Acompañada de Jean-Paul Sartre.


















Junto a un grupo de intelectuales de la época, dentro de los cuales se incluye el prolífico literato, dramaturgo y periodista, Albert Camus.


















Con Jean-Paul Sartre y Ernesto «Che» Guevara, en su visita a Cuba.































Simone de Beauvoir en 1975