Una entrada estúpida.

Si bien mi estado anímico ha alcanzado cierto grado de equilibrio, he tenido algunos sueños que me han dejado sugestionada, pese a que soy escéptica respecto a las teorías de interpretación onírica según parámetros generales y arbitrarios.

Aquí voy con el primero:
Me encontraba en mi casa viendo televisión, cuando de pronto alguien llama a la puerta para informarme que había heredado una casa en el campo con conejos, perros y cabras. Al llegar a la que sería mi nueva morada, descubro que los animales estaban sangrando en medio del prado, por lo que me decidí a llamar a un médico veterinario. Al estar recuperados de sus heridas, me establecí completamente y decidí agregar a mi granja un criadero de arañas de rincón, cuya reproducción se fue proliferando hasta el punto de llegar ser una plaga, sin que las pudiera exterminar.
Luego de que desaparecieran las arañas (por esas circunstancias inextricables que tienen los sueños), me dirigí hacia el patio en el momento en que el sol se ocultaba, donde vi una imagen bastante singular: una vaca pastaba y encima de ella se montaba un león, y sobre el león, un oso aferraba sus pezuñas con fuerza, mientras una cabra gris miraba impertérrita semejante acción. Fue ahí cuando desperté.


Para comenzar el relato del siguiente, debo añadir que hace algunos días he comenzado a sentir cosquilleos en el vientre cada vez que me encuentro con cierto personajillo... No revelaré más detalles porque hay mucho curioso dando vueltas, y bien, el mundo es pequeño:

Mis pretensiones para con aquel muchacho habían sido lanzadas al tacho de la basura tras enterarme de que a él le gustaba otra chica, lo que me llevó a beber cantidades industriales de alcohol, con el propósito de ahogar la pena y la frustación por no haber sido correspondida. Una vez beoda, me dirigí hacia la casa de la Pata (mi amiga, hermana, compañera de maldades, estudios, 'biutiprocess', borracheras, lloriqueos, etc.) para contarle sobre mi desgracia, pero ésta se encontraba en compañía de gente de la universidad. El punto es, que luego de 'dar jugo' con mi dramón existencial, sentí unos deseos atroces de vomitar, mas no sólo me dispuse a revesar, sino que además me hacía presa de una diarrea insufrible, llegando a salpicar mi abrigo, mis zapatillas y mis pantalones. Nadie se rió... Por pura compasión.
Después del incidente de carácter escatológico, me puse en pie y me dirigí a buscar al muchacho que me había roto el corazón (y el esfínter xD), con toda la ropa manchada.

Tercer sueño:

...Creo que no tengo tercer sueño, y si lo tuviese, en este momento no lo recuerdo.