...Y eso.

Han pasado varios días desde la última entrada publicada, la cual, para variar, fue escrita hace más de un año. Esto significa una sola cosa: me estoy quedando sin ideas, o bien, la vida académica me ha absorbido de tal modo que no logro concebir siquiera un pensamiento lúcido, coherente, o por lo menos, digno de ser narrado.
Podría hablar de cómo va la universidad, pero me deprimiría en demasía, pues he decidido botar una asignatura en la que me iba bastante bien, pero que por obstáculos y artimañas de un profesor poco escrupuloso, tuve que dejarla de lado para tomarla el año próximo con otro docente que no exija 'caritas simpáticas' ni 'guiños' en lugar de conocimientos para ser aprobada. Sobre la base de este acontecimiento es que recuerdo un comentario que hice en el blog hace varios meses respecto a la eticidad en el aula, yo no fui capaz de soportar la violencia simbólica ejercida por un académico y preferí renunciar a su cátedra en lugar de prestarme a su jueguito del ego. Si en mi casa supieran que el amor propio pudo más que un ramo, probablemente mi autoestima volvería a decaer.
Sin embargo, estoy tranquila. Tengo la sensación de haber hecho lo correcto y me enorgullezco por no ser presa del actuar recurrente en el ambiente estudiantil, puesto que otra persona en mi posición sencillamente hubiese escogido seguir al profesor en cuestión para pedirle 'por favor' ser aprobada.

Respecto a mi vida amorosa (amorosa entre comillas, ya que cada vez estoy más cerca del ostracismo), he sufrido una variación en cuanto a mis sentimientos, producto de la decepción que causa el haber conocido el doble discurso de quien se suponía, pretendía. No obstante, ello no implica que hayan nuevos horizontes... lástima que estoy condenada a no ser correspondida.

Y bien, ¿Qué más puedo decir? ¿A quién podría interesarle mis balbuceos?



Un video...