19 de mayo de 2009

Lo confieso, soy materialista



Porque las relaciones humanas que establezco son cada vez más decepcionantes (salvo algunas excepciones que me mantienen alejada de la idea de ostracismo). Me aferro a los objetos, pero no en relación a su valor pecuniario, sino más bien por el efecto emotivo que en mí producen; estos elementos los atesoro como si se tratasen de verdaderas reliquias y los contemplo con infinita devoción en aquellos momentos en que me encuentro en intimidad conmigo misma y mis retorcidas cavilaciones, lo cual no es óbice para experimentar algún grado de satisfacción.

Pero bueno, Marx también fue materialista HAHAHA