26 de diciembre de 2009

¿Qué es la envidia? Un frenesí

"Yo voy con la verdad por delante" es la frase que sirve de subterfugio para ejercer un sutil ensañamiento sobre la otra persona, de modo que cualquier objeción o defensa no sea sino el mecanismo con el que procede un paranoico, lo cual se convierte en el dedo acusador que culminará la serie de recriminaciones. Básicamente es el cinismo de quien increpa lo que te inmoviliza, lo que te hace no saber qué decir, lo que absorbe tus palabras y las devuelve en tu contra... lo que te hace vulnerable a su iniquidad.

Con frecuencia estos "agentes de la destrucción" se hallan infiltrados en los círculos donde uno se desenvuelve con mayor naturalidad y entereza, ya sea la familia, ya sean los amigos. LOS AMIGOS. Esos que se supone que son la cuerda que te saca de las profundidades, aquellos que comparten las alegrías y lloran las penas contigo. ¡Qué cliché! (o clisé, pero suena muy remilgado). Se tiende a buscar una definición para la amistad, mas lo cierto es que no existe; como tampoco existe el amigo perfecto. No obstante, hay un elemento diferenciador entre los que pueden situarse en la categoría de amigo y los que quedan fuera: la intencionalidad.

No hace falta que un amigo sea puntual, vista bien, se bañe a diario, sea culto, le caiga bien a todos o tenga las mismas afinidades; basta con que sea una persona que se sienta cómoda a tu lado y que proyecte lo mismo en ti, sin importar cuánto pueda fallarte (porque los amigos siempre fallan en algún momento) o cuánto pueda discutir contigo. Lo que pasa es que el concepto de la amistad está sobrevalorado y tergiversado, pero esta sublimación no es reciente: Aristóteles se refiere a la amistad como un alma compartida por hombres virtuosos, como el sustento de la existencia humana. Y está bien, ¡claro que está bien! El problema es que en la formulación aristotélica entra en juego la moral, mejor dicho, los principios de la moral de occidente, la polarización entre bien y mal.

En la idea de amistad que yo concibo también hay cierto grado de moralidad (es prácticamente imposible ser "amoral", porque al negar la moral ya se configura una nueva) y ésta radica en la voluntad recíproca de los individuos, no en los valores personales. Esta voluntad adquiere visibilidad cuando se experimentan determinadas emociones respecto a la bonanza o a la desdicha del que se considera como amigo.

Recuerdo que hace un tiempo leí una frase que decía "compartir la alegría de un amigo es mucho más difícil que compartir su tristeza" o algo así, porque no me acuerdo del autor ni de las palabras exactas, pero el punto es que es en esa instancia (la de la felicidad del otro) en que las intenciones salen a la luz, por más que se intenten ocultar. Generalmente las malas intenciones se asocian con la envidia, porque es un sentimiento corrosivo y silencioso, fácil de camuflarse en la amistad.

¿Cómo distinguir la envidia? Siempre hay formas, siempre hay indicios. Uno de ellos es el "sincericidio deliberado".





Bien, es la sensación que en este momento estoy experimentando respecto de alguien... no sé para qué tanto circunloquio si toda la weá que dicen los párrafos de arriba se resume en esta parte...

Whatever, todo cae por su propio peso (o es lo que quiero creer para no desesperar).
En realidad no quiero que "se dé vuelta la tortilla", sino que ME DEJEN DE TIRAR MALA ONDA GRATUITAMENTE, PORQUE DA PARA PENSAR...



2 comentarios:

  1. Yo también creo que la amistad está sobrevalorada, así como enamorarse e ir a recitales... y creo que estamos de acuerdo (nuevamente) en todo, creo que en general los amigos esperan que una no falle, te idealizan, me ha pasado caleta de veces eso, como que se acostumbran a que estes ahi y cuando están mal se acercan y te quieren y la wea, y cuando están bien, no les ves ni el pelo... es raro, yo antes tb tenía una postura idealizada de la amistad, pero ahora sé que tengo los amigos suficientes los cercanos contados con los dedos de una mano y esos no piden nada a cambio, te entienden, no te exigen estar limpia ni creer en las mismas cosas... como que de pronto la amistad se ve en esos pequeños detalles de gente que a la larga se ve en ti y tu los ves en ellos, y para eso no es necesario ser superheroes y ni superhumanos, sino simplemente ser... y me parece que esa relación libre, asi, en el completo sentido de libertad es la que más se acerca a una amistad "imperfecta" pero tranquila al final.
    bueno señorita, le dejo un saludo de fin de año muy grande :)
    Qué lo pase bonito y el bicentenario le traíga tranquilidad
    Muchos Cariños!!

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