21 de agosto de 2010

Sobre lo ocurrido en Chillán Viejo el pasado 20 de agosto

Una breve reflexión escrita por mi amigo Pecu (Miguel Lagos Vargas):

Considero que el presidente Piñera le debe una disculpa pública a la Provincia de Ñuble por no respetar los derechos individuales de todas aquellas personas que se sintieron atropelladas por la autoridad nacional, quienes cometieron abusos de poder:

1) contra los asistentes que no pudieron observar el acto

2) así como también contra los miembros de instituciones que año a año se enorgullecen (orgullo que no comparto pero respeto), en desfilar frente al representante del máximo poder civil.

3) Debe disculparse por las desafortunadas palabras de su ministro Ravinet, quien señaló la forma en que se debe ejecutar un rito, pasando por alto años de tradición local, finalmente en una pachotada decir que si no le agrada a la comunidad, las nuevas condiciones podrían llevarse el acto a Santiago, eso es lisa y llanamente ofensivo.

4) Puedo comprender (aunque no compartir) que al votar por un presidente se hipotequen ciertas libertades individuales, pero me declaro intransigente en cuanto a la libertad de expresión. Por Chilevisión (qué coincidencia), vi imágenes de personas con pancartas apoyando al gobierno de turno; para ellas no hubo restricciones, no hubo veto, no hubo requisamiento.

Esto no debe ocurrir más en Chile. Santiago y su poder no debe transgredir más nuestro orgullo provinciano.



Por cierto, las pancartas fueron entregadas por los mismos pacos represores